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Las “complicaciones” de los hijos.

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Todavía no tengo hij@(s). Sin embargo, Ulla y yo nunca hemos imaginado la vida sin hijos (biológicos o adoptados). Hasta ahora no hemos intentado concebirlos, así que la verdad es que no sabemos si podemos o no tenerlos, todo indicaría que sí, aunque en un vuelo de México a León, me senté al lado de un médico que me dijo que ya tengo “espermatosaurios” y debería de empezar a tomar ácido fólico. Ulla siempre me dice que si no pudiésemos concebir, “adoptaríamos un(a) Mexica con ojos negros grandotes, la piel morena y el pelo locochón como el tuyo.”

Hoy en la mañana en el tren que me llevaba al aeropuerto me encontré a una familia de 4 personas. Los papás, una niña y un niño. Llevaban 5 maletas en donde podías meter a una persona entera, la carriola, 4 pasaportes amontonados, la bolsa de los pañales y biberones -supongo, juguetes, al niño se le estaban saliendo los mocos, la mamá se contorsionó para alcanzar la pañalera y de manera heroica y puedo sacar un kleenex con una sola mano. Cada minuto parecía una nueva amenaza de desastre.

Por mi trabajo tengo que viajar con frecuencia. A lo largo de los años he desarrollado todo un “sistema” para eficientar mis traslados y evitar lo más posible el equipaje grande para ahorrarme el estrés de esperar en las bandas o si llegaron las maletas o no. Hago mi check-in en línea un día antes, tengo audífonos con “noise cancelation“, cargo sólo una computadora y un teléfono para minimizar espacio, los libros en digital, etc. Y además soy famoso en mi familia porque puedo hacer mi maleta para dos meses de viajes en 15 minutos y no olvidar nada.

En mi ignorancia total pensé: madre mía, imagínate lo estresante e ineficiente que deber ser viajar así. Cargar y checar las 5 maletones, pañaleras, carriolas y demás elementos que ni puedo imaginar, simplemente no sabía cómo iban a caminar cuando salieran del tren. Todo tipo de preguntas vinieron a mi cabeza: ¿qué pasa si se te olvida algo, por ejemplo los kleenex y tu hijo empieza a nadar en sus propios mocos? ¿Qué traen en las maletas que decidieron poner en peligro la rectitud de su columna vertebral (literalmente)? Y mientras pensaba este y otro tipo de cuestiones más escatológicas, de repente “me cayó el veinte”. El padre dijo algo y el niño empezó a reír.

Esa fue una de las risas más honestas, sinceras y hermosas que he oído en mucho tiempo. Me cayó el veinte que para los padres provocar una risa en sus hijos es una de las experiencias más profundas del ser humano. Cuando ese niño rió, todo el universo de sus padres se detuvo, y en ese momento, en ese instante esas dos personas -los papás- estaban en paz con el mundo y con la vida.

Durante el trayecto pensé en todas las “molestias” por las que han pasado mis padres, los padres de mis padres y todos los padres de los seres humanos a través de la historia. Y por supuesto en comparación al pasado la vida hoy en día es mucho más cómoda. Estoy seguro que es más fácil viajar en un aeropuerto con dos niños que defenderlos de leones. Y es que cuando somos niños somos tan frágiles y hay que hacer todo por ellos, al menos por un tiempo. Estos padres hoy me recordaron que vale la pena pasar por esas “molestias” e inconvenientes porque lo que une a los padres con sus hijos es algo que nos ha llevado a sobrevivir en este mundo y a superar todo tipo de adversidades, simplemente porque vale la pena compartir tiempo y amor con otros seres a un nivel tan profundo que no se puede entender hasta que tienes los propios. Por eso mismo, yo todavía no lo entiendo. A mis amigos que son padres/madres en cualquiera de sus “formatos”, mi más alto respeto.

Ahora, entiendo perfectamente que tener hijos es una decisión personal y no es para todo el mundo. Respeto y celebro todo tipo de nuevas configuraciones sociales mientras haya amor y respeto con o sin hijos.

Además, estoy seguro que cuando tenga hijos me voy a arrancar los pelos de la cabeza -si todavía tengo- en numerosas ocasiones y la vida va a ser más complicada. Sin embargo, personalmente no quiero una vida “cómoda” y sin complicaciones, quiero una vida llena de retos, de complicaciones que ayuden a construir la narrativa de mi vida con Ulla. Espero con calmita ese momento en que pueda hacer reír a nuestro hij@ y sentir ese tipo de paz que todavía no tengo.

PS

La mesa de negociaciones sobre el cuando, vendrán –espero- pronto.

 

    Published in Opinión Reflexiones

    3 Comments

    1. Elsy Elsy

      Mi estimado Edgar, me encantó tu post. Gracias por compartirlo.

    2. Minervina Machado Minervina Machado

      Genial de lo que escribes es verdad. Y yo se que dios tiene una ángel extraordinario y que llegará con Ulla Y contigo en el momento idea en sus vidas. Y realmente serás un papa que paralices su universo.

    3. Mon mendiola Mon mendiola

      Me parece padrisimo! Y serán increibles papas!!! Besos

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