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¿Emprendedor o Emprendedor de Eventos? De la “Eventitis” y posibles alternativas.



Esta entrada aunque quizá polémica, tiene la mejor de las intenciones y la escribí inspirado en varias conversaciones con emprendedores e instituciones que promueven el emprendimiento a las que respeto y admiro profundamente. Sin embargo, es mi opinión honesta y siento que alguien tenía que decirlo, al menos para reflexionar sobre el tema. Empecemos. Desde hace varios años, México ha “comprado” el estilo y las ideas estadounidenses asociadas al emprendimiento. Basta ver el tipo de eventos que dominan la escena del emprendimiento en nuestro país, y sus nombres: Startup Weekends, Fuck-up Nights, Makers for Good, Hackathons, Innovation Challenge, Hackers and Founders, Human Center Design Weekend”, etc. Todos ellos muy loables, pero la abundancia de éstos no sólo condiciona y limita el modo en que apoyamos a los emprendedores, también muestra una especie de “inflación” del valor dado a la realización de muchos eventos aislados, desarticulados y sin ninguna estrategia de continuidad que francamente son todos al menos, muy parecidos por no decir que son el refrito del refrito. Y es que actualmente existe una oferta desmedida del mismo tipo de encuentros, lo cual ha derivado en la difusión de un término que escucho más y más entre los emprendedores: la “eventitis”.

Indudablemente los eventos mencionados han contribuido a difundir el emprendimiento como una opción de vida viable, y han creado algunas experiencias muy interesantes en nosotros, sus organizadores y participantes; también entre nosotros se producen encuentros muy importantes que generan intercambio de ideas y camaradería, fundamentales para crear una comunidad de emprendimiento. No obstante, es importante ser conscientes de que son apenas un primer paso entre cientos -si no miles- de pasos necesarios para conformar una empresa, y concretar un proyecto que llegue a impactar la vida de sus usuarios y fundadores.

Desgraciadamente, algunas organizaciones gubernamentales, académicas, civiles y ONG’s reciben incentivos por perpetuar la “eventitis”. No digo que actúen de mala fe, o que sea malo apoyar algunos eventos de emprendimiento, pero creo que caen en la trampa de mantener una ilusión según la cual basta organizar cierto número de charlas de emprendimiento, startup weekends o networking meetings, etc., para provocar el surgimiento de un ecosistema de empresas innovadoras. Y esto no está pasando. Seamos muy honestos, estos eventos en muchas ocasiones existen por una razón de números y una motivación económica, pues son acontecimientos cuyo “impacto” aparente puede medirse y utilizarse como argumento para solicitar más apoyos, más fondos. Y ese es el problema: los incentivos equivocados han generado un ecosistema donde “enseñar” y “hablar” de emprendimiento es más redituable que emprender. ¿Paradójico no? Para mi es muy importante que la mayoría de los recursos de emprendimiento se vaya a los emprendedores, no a los speakers, no a los gurús, sino a los emprendedores comprometidos (por favor).

Tener eventos de emprendimiento no está mal en absoluto, hay algunos eventos de emprendimiento en México que son maravillosos y hablan del entusiasmo de los jóvenes y las organizaciones que los realizan. Sin embargo, en muchas ocasiones, cuando el entusiasmo se corrompe y aparece la “eventitis”, llega pronto el momento incómodo en el que nos preguntamos: ¿y después del evento, qué sigue?, ¿cómo damos seguimiento a los proyectos?, ¿cuántas de las ideas que planteamos en un fin de semana se convertirán en una empresa?, ¿qué herramientas necesitan los organizadores para darles seguimiento, y cómo puedo obtenerlas? ¿Cuál es el compromiso del organizador a darle seguimiento? y por supuesto ¿cuál es el nivel de compromiso del emprendedor? ¿No sería mejor invertir al menos una parte de ese dinero a proyectos de emprendimiento a largo plazo? (Es pregunta). Lamentablemente, la mayoría de las veces no hay respuesta. Además, dado que los eventos actuales de emprendimiento empiezan a decepcionar a muchos jóvenes, los organizadores de nuevos eventos tienen que hacerlos más “rimbombantes”. Empiezan a llenarlos de promesas vacías de inversión, de incubación mágica, creando expectativas irreales en los jóvenes con frases como: “En este encuentro de emprendimiento tus ideas escalarán exponencialmente”. ¿Neta?

Cuando comencé a percatarme de la “eventitis”, pensé que se trataba solamente de una etapa, una moda, una fase necesaria previa a un progreso, y que poco a poco habría menos eventos de emprendimiento y más emprendedores con apoyo real para materializar sus proyectos en el largo plazo. No obstante, el proceso inflamatorio de la “eventitis” continúa avanzando, y se incrementa añadiendo una variable que me preocupa: el hecho de que ahora los eventos referidos están siendo organizados por jóvenes que tienen el potencial para ser emprendedores reales, jóvenes que pueden ser agentes de cambio y que no deben limitarse a ser cheerleaders del emprendimiento. Ellos y ellas deben de ser los jugadores, no los porristas. Este fenómeno me preocupa porque presenta un efecto secundario, una “mutación” rara, que se manifiesta en chicos y chicas que confunden ser emprendedores y emprender con organizar o presenciar eventos de emprendimiento.

Y es que emprender no significa pagar una cuota de asistencia a un evento en el que recibirás un diploma que certifique tu habilidad de emprender. Organizar o ir a eventos de emprendimiento no te hace emprendedor. Mucho menos es emprendedor quien paga una cuota premium a cambio de codearse con quienes dan los certificados de emprendimiento. No nos confundamos: nadie puede certificar que la vas a armar como emprendedor. Eso depende exclusivamente del emprendedor(a). A lo largo de 10 años, he visto como jóvenes con un potencial emprendedor tremendo se paralizan y gastan su tiempo valioso escuchando las mismas cosas de siempre ante los mismos escenarios de siempre. Lo peor es que con el tiempo se les hace cada vez más difícil emprender: han escuchado tantos ejemplos grandilocuentes de emprendimiento, que si no hacen el siguiente “Uber”, sienten una frustración horrible y se convencen de que no vale la pena intentarlo. Están tan obsesionados con validar sus ideas ante los preceptos de un gurú del emprendimiento, que dejan de soñar, deciden dejar de emprender -lo que nunca emprendieron- para enseñar a otros jóvenes cómo emprender, y se transforman en una especie de “jueces” sin experiencia real de emprendimiento. Probablemente estos chicos se conviertan en algunas ocasiones en los “maestros de emprendimiento” acartonados, que quieren enseñar metodologías hechas por otros y que no tienen ni idea de cómo reaccionar cuando sus emprendedores tienen una idea propia que debe desarrollarse de manera única. Cuando me topo con este tipo de personas y cuestiono las razones por las que usan estas metodologías al pie de la letra sin adaptarse al contexto del emprendedor y del emprendimiento, me contestan muchas veces: “…estas metodologías están probadas, no hay porque inventar el hilo negro”. La pregunta que sigue es: “¿Cuántos de los emprendedores exitosos que conoces han seguido una metodología externa al pie de la letra? La respuesta es 0 (cero) o muy cerca a eso. ¿O no? Y la segunda reflexión sobre el hilo negro es muy sencilla: si imitamos ciegamente a los demás, siempre, siempre iremos -al menos- un paso atrás.

Insisto, no tengo nada en contra de organizar eventos, porque dan muchas oportunidades de aprendizaje sobre todo en los más jóvenes; en ellos conoces a mucha gente, aprendes de logística, de relaciones humanas, entiendes dinámicas de la industria en la cual estás interesado, puedes encontrar algún socio, etc. Estoy en desacuerdo con las actividades que, en nombre del emprendimiento, distraen el desarrollo de los emprendedores. Porque, francamente, el acto de emprender enseña más de emprendimiento que cualquier charla, taller o evento de emprendimiento que puedas organizar o presenciar. Emprender, de hecho, nos enseña que el recurso más valioso que tenemos no es el dinero, ni una idea, sino el tiempo que tenemos y el criterio que empleamos para utilizarlo. Por eso creo que los jóvenes deben preguntarse seriamente si la asistencia a un evento más de emprendimiento, disfrazado con la presencia del gurú de moda, es realmente más importante que dedicarse a su propio proyecto.

Lo que me gustaría ver es a organizadores comprometidos realmente con los emprendedores en el largo plazo, es decir menos eventos y más programas. Me gustaría más creatividad de nuestras instituciones para crear eventos o programas propios, originales y adaptados a las necesidades de nuestra realidad latinoamericana y no seguir ciegamente lo que hacen nuestros vecinos del norte. Y a nuestros futuros emprendedores avanzando en sus proyectos, buscando clientes, haciendo prototipos de sus productos, hablando con investigadores, creando comunidades solidarias, leyendo, entendiendo su vocación, teniendo conversaciones profundas (no networking superficial), colaborando, conectándose a nivel humano y comercial con las personas adecuadas para lograr sus objetivos, aprendiendo nuevas tecnologías, dándose de alta en Hacienda y entendiendo el sistema internacional de impuestos; buscando mercado dentro y fuera del país, conociendo las comunidades que quiere impactar; entendiendo qué es el dinero y cómo lo transforma la tecnología; conociendo profundamente el problema que quiere solucionar; explorando la posibilidad de educarse como autodidactas y cuando sea necesario hacer una maestría o un doctorado para tener tiempo de prepararse mejor, investigar y emprender con tecnologías avanzadas; hablando con inversionistas; aprovechando convocatorias internacionales, y haciendo, en suma, las muchas actividades que realmente importan en el emprendimiento.

Los jóvenes de México tienen el talento para ser emprendedores, no emprendedores de eventos. Necesitamos más jugadores en el campo esforzándose y menos cheerleaders (hombres y mujeres) que ven las cosas desde afuera.

Finalmente, creo que hay una razón muy sencilla por la cual los emprendedores de vocación casi nunca organizan o asisten a los eventos mencionados: porque usan el tiempo que tienen para emprender. No estoy sugiriendo que no vayamos a ninguno de estos eventos, pero hay que tener claro cuándo es tiempo de emprender, de trabajar duro en la oficina/casa, con tu equipo o sólo, y cuándo necesitamos realmente asistir a un evento de emprendimiento. Entre más tiempo pases emprendiendo, dejarás de ser espectador de otros proyectos y comenzarás a mostrar lo que has hecho con tu empresa.

Y tú, ¿eres emprendedor o emprendedor de eventos?
Si eres emprendedor, emprende.

@edgarbarroso

    Published in Colaboración Interdisciplinaria Covolución Emprendimiento Innovación Innovolución Mexicanos México Movimiento Ciudadano Open Source Creation Opinión Reflexiones

    26 Comments

    1. Noé Domínguez Noé Domínguez

      ¡Muy buen post!, me gusta mucho la relación que estableces con investigadores y la profesionalización hacia el emprender con tecnologías avanzadas o a la investigación de nuevas tecnologías. Ese es un camino muy sensato para crear empresas que perduren.

      • Muchas gracias Noé, coincido con tu punto de vista, a todos mis socios los conocí o en la maestría o en el doctorado. No digo que la academia sea el único camino, pero es uno muy viable y si lo sabes manejar muy productivo también. ¡Un abrazo!

    2. Excelente aportación. Lo que hace falta son programas integrales que mejoren las habilidades emprendedoras. Hay que ser muy selectivo, no puedes estar en todos los eventos, ni puedes estar invirtiendo recursos en ello. Hay que elegir bien y concentrar los esfuerzos en hacer crecer tu startup.

      • Totalmente de acuerdo. Por un lado tenemos que hacer que los emprendedores se enfoquen en sus proyectos y los que organizan eventos ponerles presión para que si van a hacer un evento sea muy bueno, y no tiene que ver con el tamaño del evento, sino con la originalidad y lo que le ofrece a los participantes en el largo plazo. ¡Muchas gracias por comentar!

    3. SILVANA MARICELA TAMAYO*MARTINEZ SILVANA MARICELA TAMAYO*MARTINEZ

      Q interesante tu punto de vista sobre todo ahora despues de 12 años en el area financiera tengo la oportunidad de dirigir un departamento de creacion y gestion de eventos. El objetivo es detonar la actividad economica a traves de eventos, congresos, exposiciones, y entonces este punto de facilitar el conocimiento, dar las condiciones para la creación de nuevos eventos pero sobre todo la detonacion de laac tividad economica a largo plazo. Q tarea tan retadora.
      Gracias!

      • Hola Silvana, coincido que es un reto pero uno muy interesante. La idea es que los eventos no se queden en un “subidón” y luego se caigan porque no hay un plan a largo plazo. Lo importante es que si se hacen este tipo de eventos, creo que tienen que tener una narrativa, una secuencia y una lógica para que cada evento fortalezca al anterior. Y sobre todo, ponerse en el lugar del emprendedor o participante. Estoy seguro que vas a hacer un trabajo muy bueno. ¡Saludos!

    4. Mónica Mónica

      Excelentes puntos de vista Edgar! Coincido totalmente contigo. Y qué hacer también con el desánimo y la falta de interés que manifiestan los jóvenes de hoy al empezar con mucho ánimo su proyecto/idea/negocio, y posteriormente lo abandonan?…

      • Hola Mónica, creo que lo que hay que hacer es transmitir que es normal que los proyectos lleven tiempo y mucho sudor y estar ahí para ayudarlos siempre. El problema es que el emprendedor se convirtió en “rock star” y muchos quieren eso, ser estrellas pero no emprender. Lo que nunca falla, es sinceramente querer ayudar a los chic@s a emprender. Estoy seguro que eres de esas ;-).

    5. Cristina Corona Cristina Corona

      Maravilloso artículo, emprender es ir contra la corriente de lo que marca la dogma y muchos (incluso en proyectos personales) se paralizan porque no tienen la solución al hilo negro y éste, al menos en mi escasa experiencia no se resuelve sino hasta tener un trecho recorrido. Emprender es creer en tu proyecto pero mantener abiertos los ojos para cambiar si es necesario, replantear metas y valorar la trayectoria, es casi un estado del tao en el que todo se conjuga, en fin. Gracias por la reflexión

      • Totalmente de acuerdo, es curioso porque siempre recomiendo a mis emprendedores leer a Lao-Tse y taoísmo. A mi me a ayudado mucho a tener paciencia, a hacer cuando hay que hacer pero a estar quieto cuando debes estarlo. Emprender es un viaje muy personal y único, eso lo interesante, por eso estoy en desacuerdo con utilizar metodologías rígidas que no permiten eso que dices de replantear cuando sea necesario. Un abrazo.

    6. jorge a. cruz jorge a. cruz

      estoy totalmente de acuerdo con lo que escribiste me parece una excelente manera de describir y hablar sobre la realidad del emprendimiento y de como podemos hacer una diferencia

      saludos

      • Gracias Jorge, esa es la idea, ver maneras en la que podamos hacer una diferencia en nuestros emprendedores y a su vez que ellos hagan una diferencia en sus usuarios. Un abrazo.

    7. Hola Edgar, excelente artículo, me sentí muy representado cuando lo leí. Te aseguro que es de igual en todos lados, yo vivo en Chile y la realidad es la misma.

      Saludos!

      • Hola Sebastián, muchas gracias por comentar. coincido contigo, esto pasa en todos lados y tenemos que por lo menos que cuestionarlo. El dinero para emprendimiento debe ser para los emprendedores, no para los organizadores de eventos. Ahí estamos al revés. Te mando un abrazo hasta Chile, es posible que vaya por allá en marzo. Me encanta tu país, lo recorrí con mi novia (ahora mi esposa) en 2012: Santiago, Viña, EL Valle del Elqui, La Serena, la Isla de Chiloé, etc. De verdad hermoso.

      • Gracias Diego, la idea es que hablemos de estos temas como son para que podamos mejorar la manera en que pensamos el emprendimiento. Un abrazo.

      • Gracias Andrés. Bravo a ti por el excelente trabajo que haces. Un abrazo y espero que podamos vernos pronto. Abrazos.

    8. Juan Juan

      Este pensamiento me ha invadido desde hace algún tiempo, creo que he caído en ser porrista (para no redundar en ser gringos con eso de cheerleader).

      Gracias por hacer eco a mis pensamientos ya que siempre es importante sentir ese respaldo desde las ideas y las palabras para reafirmarse en una idea personal.

      Te comparto que, como bien apuntas, incursionar en el ambiente de los porristas me ha dado un valiosísimo aprendizaje práctico de emprendimiento; pero me reprocho a mí mismo no usar esos talentos para generar beneficio directo en quienes más lo necesitan….

      En fin, estoy ahora cocinando una idea ambiciosa que, de no ser parte del equipo de los porristas jamás hubiera llegado a mi mente.

      Saludos y gracias por compartir

      • Hola Juan, muchas gracias por tu comentario, me alegra mucho que hayas resonado con este artículo. Estoy seguro que te irá muy bien con tus proyectos y que el tiempo pasado en eventos seguro te va a servir para iniciar el viaje de emprender. Coincido que son un buen punto de partida, pero que son eso, puntos de partida y hay que ayudar a los emprendedores durante todo su viaje y no sólo al inicio. Un abrazo y buen vibra.

    9. Tania Gomez Tania Gomez

      Coincido contigo en que se requiere de entrega de tiempo para un proyecto, sin embargo también está el hecho de poder tener una base monetaria que ayude a que al menos puedas mantenerte en pie mientras elaboras tu proyecto. Justo una chica de SUM estaba buscando la forma de que el gobierno de becas o apoyos a los emprendedores, pero como dices, el compromiso lo es todo para seguir con el proyecto
      .

      • Hola Tania,

        Así es, el compromiso lo es todo. Y coincido que tenemos que hacer que los apoyos tengan una visión a largo plazo y no sean nada más empujones en las etapas tempranas. Te mando un abrazo y muchas gracias por escribir. Lo mejor para ti en este 2016.

    10. Antonio Vega-Corona Antonio Vega-Corona

      Estimado Edgar, estoy totalmente de acuerdo contigo, hay tanta influencia de los modelos americanos tipo Silicon Valley que tienen nombres muy pegadores generalmente en inglés que se nos olvida que esos modelos que quieren vender o implantar no responden a nuestro contexto. Pienso que el único gran emprendedor y ganador es el organizador de este tipo de eventos, tanto por los ingresos por patrocinios que recibe como por su modelo de negocio, a veces estos eventos son maquillados por unos cuantos representantes de empresas que comenzaron en una cochera y han logrado ser exitosos. Hoy día, cualquier emprendedor puede darse el lujo de escuchar una charla de cualquier Gurú en la Internet, a demanda y sin necesidad de salir de la comodidad de su casa, cualquier emprendedor tiene la posibilidad de conectarse con otras contrapartes bis a bis y ser selectivo es sus eventos aún si los paga. El efecto mediático de estos eventos es incuestionable porque su modelo cuenta con una maquinaria de relaciones gubernamentales y de publicidad para lograr un efecto multiplicador en un sector que requiere de arquetipos a seguir y en ocasiones generan una gran expectativa como eventos de muy alto nivel que transformarán en un día o dos la forma en como debemos hacer nuestro emprendimiento.

      • Hola Toño, coincido totalmente. Los eventos están muy bien cuando llegan en el momento adecuado y cuando no es el principal enfoque de los jóvenes. Pero hay muchos que se quedan en ese mundo de “voy a emprender” (futuro), y nunca se toman en serio sus ideas. Quiero además revalorizar la cultura del esfuerzo, de la dedicación y de la tenacidad, esa que no tiene sustituto. Alejandro Poiré ayer me dijo que lo “flashy” no está mal, pero a veces esconde la “sustancia” de las cosas. Estoy seguro que tanto para ti como para mi, la profundidad del conocimiento y del emprendimiento son importantes, y no solamente lo “flashy”. En fin, es un tema que tendríamos que platicar con un buen café la próxima vez que coincidamos. Un abrazo y seguimos conectados.

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