Mis queridos facebookeanos, cada año es diferente. Hay unos buenísimos, unos no tan buenos y unos de plano que nos urge que se acaben porque así nos va. Así es la vida. Siempre me ha parecido increíble la cantidad de cosas que nos pasan en 365 días del año, esa división cíclica que decidimos vivir en la cultura occidental, y ahora con las redes sociales, puedes seguir literalmente a miles de personas en su evolución en la vida.
Me parece una maravilla ver, leer y escuchar como nunca somos las mismas personas año con año. Me sorprende mucho lo que cambiaron y lo que me cambiaron, de lo que aprendimos juntos y de lo diferentes que somos ahora de lo que fuimos hace apenas un año.
Para los que me conocen un poquito más, saben que el día más importante del año es el 31 de diciembre y que diciembre es uno de mis meses favoritos. El final del año tiene para mi una carga simbólica muy importante. Las fiestas decembrinas son por un lado una pausa, una tregua de todos -o casi todos- para pasar tiempo con nuestras familias, nuestros amigos más cercanos y también con nosotros mismos y por otro es el tiempo de los planes, de los deseos, de la esperanza por hacer cada año el mejor de nuestra vida.
Además, esta época separa a los conocidos y familiares lejanos de nuestro primer círculo familiar y los amigos entrañables. De esos que se la rajan por nosotros y nosotros por ellos. Me parece vital saber quiénes estamos ahí para saber que somos parte de una comunidad que necesita de nosotros, pero que también está ahí para nosotros. A pesar de toda la tecnología y civilidad, seguimos necesitando a nuestra “tribu”.
Otra cosa que me encanta de esta época de mucha comida y frío, es que es una de las pocas oportunidades para recalibrar prioridades, ser creativos sin prisa, crear estrategias nuevas y preparar motores para un inicio de año lleno de esperanza y listo para lo que nos depare el destino. También hablamos de lo que no se habla en la vida cotidiana, es el tiempo cuando la pregunta ¿cómo estás? va más allá de la cortesía y nos damos tiempo para escuchar o explicar eso, cómo estamos.
Además hay mucho por lo que hay que agradecer. Cada quien sabe de qué y a quién(es).
A toda mi tribu de facebookeanos -así les dice Ulla-, les deseo que ésta época decembrina disfruten mucho a sus seres más queridos, ojalá puedan abrazarlos -para los que estamos lejos de casa eso es un lujo- ojalá se puedan tomar un tiempo también para estar con ustedes solitos y dialogar con ustedes mismos -aunque sea en voz alta y a veces parezcamos que nos escapamos de un psiquiátrico.
Que 2015 sea de esos años que no quieren que se acabe, y que los coloque en un lugar en el que quieran estar para iniciar el 2016. Y si no lo es, bueno así es la vida y seguro van a poder enfrentar los retos con fuerza y acompañados de su tribu, que siempre va a estar ahí para ustedes.
Aunque no pueda ver a muchos de ustedes por el tiempo y la distancia, que sepan que los quiero un montón, que me sacan muchas sonrisas con lo que publican y que tengo mucha suerte de tenerlos en mi tribu.
Felices fiestas les desea con mucho cariño,
Edgar y Ulla
Viena, Dic. 2014.
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